domingo, 26 de agosto de 2012

Bisexual



Alex parlotea sin parar y yo muevo la cabeza, asintiendo, más pendiente de cómo se forman las palabras en sus preciosos labios, casi femeninos, tan llenos y bien dibujados, que de lo que está diciendo realmente. Me gusta su acento, tan distinto al mío y esos pelillos, presunta perilla, que se ha dejado en el hueco entre su labio inferior y la barbilla.

Bla, bla.
Bla, bla...
Soy bisexual...
Bla, bla.
Bla, bla...

¿¿Qué?? ¿Ha dicho 'soy bisexual'? ¿O me lo ha parecido a mí? Abro mucho los ojos y lo observo atentamente, intentando averiguar de qué va esta conversación que me estoy perdiendo. ¡Joder! Ojalá tuviera en mi mente uno de esos botones para rebobinar y volver a escucharlo.

¿Alex, bisexual? ¡Nah! 

Flashes cruzan por mi mente. Mi parte más perversa se frota las manos. ¿Le gustará dar o recibir? ¿Los chicos jovencitos, poco formados físicamente o los hombretones grandes y con pelo, como él? Porque imaginarme a esta mole de casi dos metros, que hoy me lleva camiseta imperio por la que asoma el vello de su pecho (cosa que me vuelve loca... me pregunto si lo habrá hecho a propósito) y unos tejanos holgados que aún y así le marcan paquete, con otro 'de su misma especie', hace que la cabeza me dé vueltas.

Que ya sabemos cómo son los hombres en cuestiones de libido: apasionados, directos, con la urgencia del deseo quemándoles la piel. No sería ‘hacer el amor’, nada romántico y con caricias, sino más bien una lucha por el poder, rodando uno sobre el otro, comiéndose la boca con ansia mientras sus manos grandes buscan el sexo del otro. 

Oh, sí. Alex con un tipo bruto, musculoso, que lo agarra del pelo mientras él le come la polla, con esos labios gorditos y sensuales. Oh, sí. Alex en el pasillo francés de algún local de ambiente, entre sombras, luces verdosas y anaranjadas iluminan tenuemente su cara de gusto mientras el tío bruto se la mete hasta el fondo, sintiendo sus pelotas golpeando sus nalgas prietas, mientras al otro lado de la pared, una boca anónima chupa dulcemente su verga, que ha asomado por uno de los agujeros. Placer por delante, placer por detrás. ¿Gime? Oh, sí, gime, con las manos sujetas a la espalda mientras lo enculan, Alex pide más, con ese acento que me encanta, con la cara pegada a la fría pared y los ojos cerrados. Y se corre así ensartado, sintiendo el semen de su amante correrle muslo abajo, mezclado con el sudor que le perla todo el cuerpo desnudo... Oh, sí...

Me muerdo el labio, podría ponerme a gritar, porque me estoy poniendo cachondísima...

Alex. Alex. Alex bisexual...  Con su porte de macho alfa, sometiendo al muchachito que se debate entre sus sábanas, obligándole a tragársela toda hasta el fondo de la garganta, aunque tenga arcadas. Chupa crío, chupa. Obligándolo a abrirse de piernas, las rodillas tocando su pecho lampiño, aguantando sus tobillos sobre los hombros mientras lo posee como si fuera una mujer. Oh, Alex, dale más fuerte, hazlo gritar, córrete sobre su cuerpo, príngalo de crema mientras se retuerce bajo tu peso, mientras miras cómo se toca para ti...

Alex. Alex bisexual. Alex con hombres y mujeres. Alex haciendo que el chico me folle mientras él lo encula, Alex follándome mientras es follado, oh sí...

Siento que se me cierran los ojos, que necesito más aire...

-¿Nikki? ¿Estás bien?
-Eh? Ah! Sí, perdona, estaba pensando en otra cosa...  - digo mientras siento el calor invadir mis mejillas, sé que me estoy poniendo roja hasta las raíces. Espero que, al menos, no se me haya caído la baba.

Y él me mira por encima de sus gafas de pasta, esas que ya le dan un punto extra de follabilidad, y me parece distinguir un destello de divertida perversidad en su mirada, mientras aprieto mis muslos, sintiendo mi sexo palpitar y la lujuria correr por mis venas. 

Creo que me conoce más de lo que pienso y que está jugando a provocarme. 

¿Alex, bisexual? Oh, sí, ¡por favor!


Algo breve y por encargo... espero que te haya gustado...